Por primera vez desde 2003 el consumo final energético de Uruguay cayó en 2020. Luego de diecisiete años de crecimiento, pero en un contexto de estancamiento en los últimos tres, la demanda general de energía acusó los impactos de la pandemia mundial y se contrajo 1,3%. La reducción de la movilidad trajo consigo una merma en la actividad y el consumo de energía de los sectores transporte y comercial del 5,8% y 4,5% respectivamente, que no fue compensada por el crecimiento del consumo en los sectores residencial del 2,8% y de actividades primarias del 2,5%. La demanda del sector industrial, mayor consumidor de energía del país, se mantuvo casi invariada en relación al año 2019.
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